El fin de semana pasado hice pan. De masa madre (importante).
Estoy orgullosísima de él. Empecé haciendo mi masa madre desde cero usando esto como guía, aunque hace años ya la había hecho y lo encuentro bastante intuitivo, por lo menos si estás acostumbradx, como yo, a cocinar.
Esto me llevó a pensar en la cantidad de cosas que me gusta hacer, ya sea con receta o sin, incluso sin tener horno (ni airfryer, sigo irreductible como la aldea de Astérix). Personalmente, encuentro que por un lado, el proceso es muy meditativo y entrena la concentración en solo una cosa y por otro, disfrutar (comerme) los resultados de mi esfuerzo es maravilloso.
Así que pensé en resumirlas un poco aquí en la newsletter: cosas de comer que he hecho últimamente. Por supuesto, ni voy a hablar del desastre con tofu y gochujang que hice hace un par de meses, we listen and we don’t judge, ok?
En primer lugar, de lo más satisfactorio y además, de aprovechamiento: mermelada de frutos rojos (más bien conserva, no tiene la textura de mermelada que suele tener mi mermelada de ciruela). Compré un envase enorme de fresas sin caer en la cuenta de que, por mucho que me gusten las fresas, una persona tiene un límite.
Además, tenía en el congelador frutos rojos sin usar (los smoothies no son lo mío) y aproveché el mismo proceso de la compota de manzana que veréis más abajo para hacer una especie de conserva de frutos rojos. En principio la había pensado para yogur, pero la estoy comiendo en las tostadas del desayuno. Sin palabras.
La mermelada de ciruela en cuestión (he tenido que EXCAVAR prácticamente en mis fotos para encontrar una foto):
Hace unos años que no tenemos suficientes ciruelas claudias para hacer en mermelada (árbol enfermo, etc.), pero estoy cruzando los dedos para que este sea el año. La receta y el método de envasado que sigo es este.
Para la conserva de frutos rojos y para esta siguiente compota de manzana sigo una receta que vi en otro sitio. No encuentro el enlace ni recuerdo las cantidades, a día de hoy la hago a ojo como una Señora™.
Hablando de la conserva de manzana, o compota.
Debo decir que la inspiración para hacer esto fue mi abuela, por ninguna razón en particular más que a mi abuela le pirra la manzana asada (Golden o Reineta) y hecha puré. Solo de pensarlo me dan arcadas (textura), pero un día me pasó lo mismo con las manzanas Fuji (mis favoritas, de La Rasa en Soria) que había comprado que con las fresas de las que he hablado antes y decidí darle una vuelta.
Asadas no las podía hacer (again, no tengo horno), pero cocidas sí, así que guiándome a grandes rasgos por esta receta, y quitándole la mantequilla, las pasas y las almendras, me salió esto, que os adelanto que con yogur es manjar de dioses. Quién me lo iba a decir a mí.
El no tener horno también te hace ingenioso, y mi madre hace tiempo me enseñó a hacer estos pimientos “asados” en la sartén.
No comparto la receta, de momento, porque si no esta newsletter se convierte en la Trotula.
Otra cosa que hago a menudo: tortilla de patatas. Un clásico. Receta de mi madre, con cebolla y cuajada (y tierna, mucho cuidado con mi hija).
Esta de la segunda foto la hice en casa de mi hermana y fue un hit. ¿Cómo lo sé? No sobraron ni las raspas.
Otra cosa que también suelo hacer a menudo, que también podría considerarse de aprovechamiento: pan de plátano. Este es de masa madre (importante). Llevo mucho tiempo haciendo pan de plátano, normalmente con la receta de Cookie + Kate (que incluso apareció en mi otro blog), pero ya que tenía masa madre, decidí probar esta otra receta de Clever Carrot. Aclaro que suelo hacer tanto esto como el pan normal cuando estoy en casa de mis padres y sí hay horno, blessed be.
Si tenéis unos cuantos plátanos que da pena/asco verlos, es vuestro momento.