El suero de pestañas de $38M
Si hay un motor que mueve mi vida, ese es el drama. Es por eso que soy fan de la novela del siglo XIX, con adolescentes muy faltas de vitamina D vagando por los páramos; de First Dates y, por supuesto, del drama que mueve la vida y los negocios de los conglomerados cosméticos.
Entre otros.
Sobre uno de estos dramas quiero hablaros hoy. Os pongo en situación: sueros de crecimiento de pestañas y cejas. Algunas de vosotras los habéis probado, otras los habéis mirado con ojillos de querer, otras directamente no estáis interesadas. La verdad es que yo me cuento en la última categoría, me interesan menos que los resultados de la Champions. Pero, por lo que sea, me encuentro sumergida de lleno en el drama que ha originado un producto, un suero para el crecimiento de las pestañas concretamente, de la marca Rodan + Fields, una conocida pseudo-MLM estadounidense.
Para ponernos en antecedentes, hay un paralelismo claro y muy sencillo en lo que respecta a la normativa cosméticos vs. medicamentos entre los Estados Unidos y España. Si tu producto es considerado ‘drug’ (medicamento), debe tener un etiquetado específico y venderse bajo ciertas condiciones. Si tu producto no es considerado ‘drug’, es decir, no contiene nada que pudiera ser considerado medicamento, tiene otras normas de etiquetado y se vende bajo otro tipo de condiciones. Esto es así en muchos países.
¿Seguís conmigo? Vale.
El caso es que los sueros de pestañas que de verdad funcionan (ej. Latisse) son considerados medicamentos y como tales, deben adquirirse con receta. Porque la cosa del pelo está muy mal y ya veo a algunos queriendo ahorrarse el viaje a Turquía, si no fuera por lo anterior, y encargando a la pobre farmacéutica garrafas y garrafas del producto en cuestión.
¿Por qué son considerados medicamentos estos productos? Porque Los Que Funcionan™ contienen un ingrediente que se llama bimatoprost, que es lo que en un principio se usaba para tratar el glaucoma y dio unos resultados interesantes. Vamos, que les dio a señoras y señores abanicos por pestañas.
¿Y por qué le ha caído la del pulpo a Rodan + Fields, tanto que han tenido que llegar a un acuerdo en los tribunales por nada más y nada menos que 38 millones de dólares?
Pues porque aquí los listorros han metido en su producto un ingrediente análogo (es decir, que hace una función parecida) al bimatoprost que se llama isopropyl cloprostenate.
¿Y por qué esto es un problema? Bueno, en teoría no sería ningún problema si se hubiera manejado el asunto de otra manera. Es decir, si lo hubieran hecho *mira sus apuntes* ah, sí, LEGAL. Hello?!
El problema es cuando una gran compañía como R+F coge un ingrediente sin aprobar por la FDA (o el organismo que corresponda según el país), lo envasa, etiqueta y vende; todo esto sin avisar al consumidor de lo que está usando, y por supuesto tampoco ni pío sobre los posibles riesgos y efectos secundarios.
Como soy una señora cotilla, por curiosidad he tecleado “isopropyl cloprostenate products” en Google y cuál ha sido mi sorpresa al encontrar productos de marcas más o menos conocidas. No os hago spoiler, os dejo que lo descubráis por vosotrxs mismxs.
Y todo…
Fuentes: